14 de febrero de 2010

El negocio de Mendigar

Los niños de Siem Reap jugaban un partido de fútbol cuando aparecimos con la merienda.Aprendemos muchas cosas cada día. De algunas nos damos cuenta y de otras no somos conscientes. Hoy me gustaría compartir con vosotros un artículo de la gúia de bolsillo de Camboya que me ha llamado la atención ya que cuando llegas a uno de estos países tan pobres muchas veces tienes una sensación de contradicción al no saber si dar limosna es lo más correcto o no.

Su artículo se titula: It’s the real deal (Es el verdadero negocio). Y traducido dice algo así:

<< El día a día es duro para muchos camboyanos que se encuentran en la parte inferior de la cadena alimentaria, pero su ciclo de desesperación no se remedia dando un par de Reales.
Los tiempos, afortunadamente, han cambiado en Camboya. Sí, la pobreza sigue siendo un destino cada vez más presente de la vida de los camboyanos, pero en las calles de la nación, donde había una vez, literalmente, hordas de mendigos, a día de hoy ya no son tan numerosos. La proximidad de la ciudad de Siem Reap a una de las maravillas del mundo de gran valor turístico y arquitectónico ha sido en gran medida una de sus mayores inconvenientes ya que los turistas occidentales aquí se convierten en un objetivo irresistible.
Un Beef Loc Lac para la niña más dulce de la ciudad.La mala salud, las secuelas del Agente Naranja y las minas terrestres ha marcado una población que, históricamente, ha sido víctima con demasiada frecuencia, nunca han sido los vencedores en las recientes guerras, la ocupación y el genocidio que se produjeron en este rincón del sureste asiático. Es imposible no sentirse conmovido y no tener en cuenta la mano pidiendo limosna de un mendigo marcado por la desgracia y el dolor. El gen de la pena se hace cargo y dar es el único paliativo. Pero, ¿es lo que hay que hacer?
Si bien muchas organizaciones no gubernamentales y trabajadores sociales dirían que su caridad debe ser donada a los individuos en particular, es a menudo difícil para los visitantes a corto plazo tomar una decisión razonada y lógica. –Fíjate como un patinador sin piernas recibe ayuda de un niño camboyano, cuya madre desenrolla un manojo de billetes y deposita un par en su mano, incluso los lugareños están dando.- Lo que, sin embargo, muchos turistas no quieren apreciar es que las cosas son muy diferentes aquí en comparación con sus confortables casas de doble acristalamiento y calefacción centralizada.
Mucho antes del turismo de masas, la mendicidad era probablemente el “trabajo” más popular en Asia. En la ausencia de un sistema del bienestar elemental, los adultos desempleados, enfermos, lisiados y ancianos se ven obligados a mendigar. A día de hoy muchos camboyanos darán a estos grupos, particularmente los que han sido atrapados en la vorágine de la guerra civil. Desafortunadamente, el grupo que muchos turistas no pueden resistir son los niños.
Con un inglés buenísimo este tesoro viene a vendernos postales de los templosLa mendicidad infantil era relativamente infrecuente antes del turismo de masas Ahora, al parecer, las madres pobres envían a sus hijos a mendigar. De acuerdo con “Friends International”, algunos niños pueden ganar hasta $300 por mes en temporada alta. Así que ¿para qué un padre va ir a trabajar por tan poco como $30 al mes y tener dificultades para enviar a sus hijos a la escuela cuando puede quedarse en casa y enviar a sus hijos a ganar 10 veces eso?
En algunos casos, la mujer tiene tres o cuatro hijos engendrados por padres diferentes y los consigna a vender libros. Atrapados en un círculo de cada vez mayor desesperación los niños muy pronto dejan los libros en casa y van a vender su cuerpo virginal, van a trabajar en el comercio sexual y se convierten adictos al pegamento o terminan infectados por el VIH / SIDA.
Durante años “Friends International” ha informado de numerosos casos de bebés que son alquilados para la mendicidad. Muchos de ellos son pellizcados y golpeados para que lloren en el momento justo o bien carecen de nutrición y alimento hasta el punto que algunos han sido apartados de sus madres que se niegan a darles de comer a fin de que se vean tan patéticos como sea posible para los turistas de paso.
Cada caso es diferente, todos tienen una historia diferente. Todo el mundo debe tomar una decisión y analizar sus razones para dar. ¿Es simplemente para tranquilizar su conciencia o crees que puedes ayudar a estos niños mediante la entrega de dinero en efectivo? >>

Campaña contra la donación de Limosna.

1a foto: Una tarde al encontrarnos un grupo de muchachos jugando al fútbol a las afueras de Siem Reap paramos a darles un poquito de merienda para que pudieran seguir marcando goles. Fue bonito compartir unas simples galletas.

2ª foto: Cenando en un restaurante de la ciudad se acercó una niña a vender postales. Realmente estos niños son conscientes de lo mucho que nos cuesta negarnos a sus deseos pero nos sentíamos en contra de fomentar el trabajo de esta pequeña que podría estar en la escuela así que optamos por invitarla a comer con nosotros un Beef Loc Lac (ternera al estilo Camboyano) que parecía estar buenísima.

3ª foto: La jovencita sonriente tiene nada más y nada menos que trece años por mucho que aparente menos. Esta niña con un inglés impecable nos contó que iba a la escuela por las mañanas así podía acercarse por las tardes a vender postales en el templo.

4ª foto: la he encontrado en la red y forma parte de una campaña en contra de la donación de limosna a los niños. En este caso la campaña se lleva a cabo en Armenia.

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