11 de febrero de 2010

De Bangkok a Siem Reap

Está escrito en la mayoría de guías de viaje que los autobuses para cruzar la frontera de Bangkok a Siem Reap son un timo. Tardan un promedio de 12 horas cuando podría hacerse tranquilamente en unas 8. Su finalidad es llevarte lo suficientemente tarde para que te hospedes en el primer lugar que ellos te ofrezcan y así asegurarse su porcentaje. Son muy económicos porque se embolsan las comisiones de los múltiples lugares dónde paran a comer y los conductores de tuk tuk que te esperan a la llegada a la ciudad.

Sabiendo esto, decidimos reservar el billete hasta Poipet (el paso fronterizo). Al llegar, el autobús nos descarga a unos 10 kilómetros lejos obligándonos a coger un tuk tuk. A medio camino sin preguntar, el conductor se detiene en lo que según él era un consulado situado en los bajos de un restaurante. Unos señores con buen inglés nos enseñaron unas acreditaciones de oficiales de inmigración fotocopiadas en blanco y negro. Todo indicaba que se trataba de otro timo y bueno, una servidora empezó a calentarse estando hasta las narices de los engaños y que nos hagan perder el tiempo de tal manera. Consiguen convencernos que hay que pasar primero por allí a recoger los papeles y hacer el chequeo médico antes de llegar al paso así que nos bajamos. Obviamente, si no hay para fotocopias en color tampoco hay para médico así que cuando pregunto por el doctor empiezan a hablar en camboyano como si yo no existiera. Nos piden 100 baht (2 Euros) por cabeza por los papeles que me niego a pagar hasta que no esté en la frontera. Pero después de discutirlo entre los tres, ingenuos de nosotros, cedimos. Ahora os digo que es otro timo. Te dan los papeles en el paso fronterizo sin necesidad de pagar nada así que no hay que pasar por ningún lado previamente. ¡Menos mal que habíamos tramitado visa en Bangkok porque estos supuestos oficiales querían vendernos hasta el autobús a Siem Reap!

Con un suspiro de alivio nos despedimos de Tailandia. Nos timaron cuando llegamos, mientras estuvimos en el país y encima cuando nos vamos! ¡ Esperamos haber aprendido la lección!

No bajamos la guardia, aún no hemos cruzado a Camboya es que hay una cola de 2 horas para sellar el pasaporte. Mientras nos esperamos, vemos como el dinero fluye de un lado a otro. El chico de la entrada nos comenta que por cinco dólares más tendremos el privilegio de saltarnos la cola y sellar nuestro pasaporte al instante. Hoy ya hemos repartido suficientes billetes verdes así que un par de horas de espera no nos va a hacer ningún mal. La mejor parte fue cuando después de la larga espera me encuentro con dos agentes trabajando y al otro lado de la cortina otro jugando al solitario. ¡Bienvenidos a Camboya!

La cola para sellar el pasaporte en Poipet

Nos subimos en un taxi compartido que nos llevó a Siem Reap en una hora y media más. A los diez minutos de trayecto empezamos a desconfiar del conductor. No se le ve muy seguro de sí mismo, y es que incluso dudo que tuviera carnet de conducir (si es que existe esto en Camboya). En el trayecto de una hora y media atropellamos un perro, casi nos llevamos una vaca, un motero y en más de una ocasión, pasábamos tres coches en paralelo en una carretera estrecha de dos carriles. Entretanto, rezábamos a todas las vírgenes y santos conocidos para llegar sanos y salvos, viajábamos por una de las carreteras en mejor estado de Camboya y nos impactó la pobreza del país. El cambio paisajístico logístico y económico de un lado de la frontera al otro es enorme. Mientras Tailandia goza de buenas carreteras, buenos autobuses e incluso rascacielos, el principal medio de transporte camboyano es la bicicleta o el autobús o camionetas para trayectos más largos. Es cómo si en un par de horas hubiéramos retrocedido 30 años en el tiempo.El Taxi hasta Siem Reap

3 comments:

miangels dijo...

Vaja imatge i fama que doneu als tailandesos! Com per anar-hi! i després diuen que als catalans ens agraden els monis-monis!
petons

Míriam y Josep dijo...

jajajaja... A per tot hi han coses bones i no tant bones. Aquest és l'encant de viatjar, trobar-les totes.

Cris dijo...

Doncs si nois, ánims que de tot s'aprén!!
Un petó

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