9 de abril de 2010

Calcuta, capital de las relaciones humanas.

Des del aeropuerto de Bangkok (uno de los mejores que he estado en mi vida) a Calcuta. Volamos con la compañía hindú Air India. Sinceramente no las tenía todas al viajar con una aerolínea India. La única referencia de productos Indios que conocía hasta el día de hoy eran los coches de la marca Tata de los cuales no me han llegado buenas críticas. Realmente no se puede generalizar en según qué cosas, la aerolínea nos dejó boquiabiertos. Abiertamente me atrevo a decir que por lo menos el servicio, y digo el servicio porque no entiendo de ingeniería aeronáutica,  es mejor que Ryian air. Te proporcionan té, agua y merienda ¡todo de gratis! ¿Qué más vamos a pedir?

Interior del Taxi de CalcutaCompramos el billete del “pre paid taxi” (taxi prepago) por 240 rupias indias junto con Juan Pablo y Ricardo (unos chilenos que han viajado en el mismo vuelo) Salimos a la calle en busca del número de nuestro taxi tal y cómo una muchacha hindú nos acababa de recomendar.  En seguida nos encontramos con una cola de taxis amarillos con una franja lateral de color azul y con los faros redondos. Tienen toda la pinta de ser del año que Juan perdió la zapatilla pero a pesar de la grasa que hay en el maletero y que me ha dejado la maleta negra ya el primer día en la India, los mantienen bastante bien.

¡Bienvenidos a la India! 

nuestro puesto en la calle para el Lassi en Sudder StEl  taxista no habla inglés y por si fuera poco no sabe dónde se encuentra la calle a la que vamos. Va parando a preguntar a la gente que lo va orientando. Un par responden con un sutil movimiento de cabeza. Nos da la risa, por más que intentamos imitarlo nos es inútil, sólo los hindús son capaces de mover la cabeza con esta gracia. A partir de éste momento la principal atracción de los chichos durante los próximos días va ser conseguir que camareros, recepcionistas y dependientes hagan el movimiento para ellos.

Satisfactoriamente llegamos a Sudder street (la calle de los turistas) y allí nos instalamos en un hostal que Alba (otra catalana desorientada por la calles de Calcuta) nos recomienda. Solo ha encontrado un par bien de precio y están de lado. Nos decantamos por el que según Alba tiene menos ratas y cucarachas.

La entrada del hotelNo sé muy bien qué contaros de la ciudad. Es toda una experiencia principalmente por la gente más que por los lugares turísticos que hay para visitar. Nosotros, en tres o cuatro días que hemos estado aquí no hemos conseguido llegar a visitar ningún edificio colonial o lugar turístico. Cada intento de visita lo terminábamos en la calle tomándonos un Chai (té)con los locales.

puesto para el desayuno y el magnífico Chai

Trabajadores en plena calleCalcuta se caracteriza por el desorden. Las calles se encuentran llenas de cuervos y basura. Los oficinistas de correos escribiendo en plena calle y lavabos en cualquier lugar. Vamos, basta con que te bajes los pantalones disimuladamente y hagas tus necesidades dónde te apetezca. Un completo caos para cualquier mentalidad occidental. Aquí también tenemos el último bastión  de toda la India, dónde perduran los tana rickshaws (carros remolcados por hombres descalzos, sucios y con un único taparrabos de vestimenta). Estos, pese a los esfuerzos del gobierno por erradicarlos , perduran en una sociedad con tanta diferencia entre clases. Unos por ser la única forma de conseguir un poquito de pan para su boca y otros que, queriendo mostrar su elevado estatus van montados con soberbia y con ropas ostentosas  a lomos de un carro tirado por “hombres caballo”. Entre los dos impiden la desaparición de esta profesión a nuestro parecer con tan poca dignidad para el ser humano.

Los pajaritos de la ciudad de Calcuta

Visto des de nuestro punto de vista el encanto de esta ciudad se encuentra en la gente con la que nos hemos encontrado. Des de luego hay gente de todo tipo y algunos son unos auténticos personajes. Creo que ni Alba ni yo nos olvidaremos de la especial muchacha que nos acompañó a hacernos las cejas y el bigote al estilo hindú “threading” o del muchacho mudo que con gestos nos explicaba cosas sobre la sociedad hindú, las mafias o los mendigos. Todas estas personas que han caracterizado nuestra estancia en la ciudad y que han hecho que nos sintiéramos parte de ella cómo si hubiéramos vivido aquí toda la vida. Toda esta gente con un impresionante inglés que han aprendido en la calle y una inteligencia deslumbrante.    Los niños de Calcuta

27 de marzo de 2010

Phongsalí Hat Sa y la balsa de bambú

La idea surgió tan sólo llegar a Mong Khua.

- Tenemos muy poco tiempo en Laos, pero porque no nos lo tomamos en calma y vamos un poco más al norte, compramos una canoa y descendemos el  río? Me comentó Josep.

- ¡Oh! La idea es buena –digo yo,- ¡Vamos a intentarlo!

De Oudomxai en autobús a Phongsali. Un caminito de nada más y nada menos que nueve horas en el que no paramos de toser y tragar polvo, al final era imposible distinguir el color original de la ropa debajo el polvoriento marrón. Vamos ascendiendo entre las montañas y observando el paisaje. Topamos con pequeñas aldeas en las que encontramos gentes diferentes. Esto no es como Tailandia, las tribus no son nada turísticas y se muestran tal y como viven actualmente. Hay algunas vestimentas cómo la de la tribu Akha que impactan a primera vista.

Autobús a Phongsali

En el paisaje se distingue una especie de neblina que no nos deja ver mucho más allá de la montaña de enfrente. Es el humo de los incendios provocados. La mayoría de la población depende de la agricultura de tala y quema para sobrevivir. Además el 80% del consumo de energía del país proviene de la leña y del carbón.  De repente nos encontramos con una carretera rodeada de fuego pero no parece ser motivo suficiente para que el conductor no la cruce. Los ojos nos lloran nos cuesta respirar a causa del denso humo y notamos el calor y la furia de las llamas a un y otro lado del autobús. ¡ESTE CONDUCTOR ESTÁ CHIFLADO! Sanos y salvos salimos de entre las llamas aunque al otro lado nos espera otro conductor de autobús más prudente que no se ha atrevido a cruzar.

Phongsalí panorámica con la neblina

Alrededores de Phongsalí.En Phongsalí conocemos a tres belgas a los cuales decidimos contarles la idea y los muchachos se animan. Uno de ellos de repente dice:

- ¿Porque no construir una balsa de bambú?

A Josep se le iluminó la cara, hacía menos de una hora en nuestra excursión por los alrededores áridos y deforestados de Phongsalí me había comentado que su idea original era construir una balsa de bambú aunque imaginaba que no sería partidaria de ello. Estos muchachos le han iluminado la cara con ilusión.

No les digo nada, solamente que si flota lo suficiente lo haré pero que necesito ver que es suficientemente estable para cinco personas y cinco maletas.

Al día siguiente llegamos al pueblo rivereño de Hat sa. Vale decir que es uno de los pueblos con la gente más extraña que me he encontrado en mucho tiempo. ¿Será porque estamos cerca de la frontera con china? Mientras los chicos se alejan del pueblo y empiezan el trabajo sucio yo les busco un lugar dónde descansar. Solamente hay un hotel y está lleno de roña, hay un colchón de dos dedos en el suelo sin siquiera una sábana para disimular la suciedad. El dueño me dice que son 20.000 kip por persona, así que la habitación me sale a 40.000 (3’5 Euros).

- Por favor señor, esto es lo que me cobran en la ciudad con lavabo en la  habitación, agua caliente, sábanas limpias e internet. No le pido que me lo regale aunque sí sea más razonable. El lavabo es un agujero entre el bambú en la parte de atrás de la casa y encima si se tiene una necesidad más seria la única solución es adentrarse en el bosque sea la hora que sea. ¿Hay agua caliente para ducharse?

- Si, el agua del río se calienta durante el día con los rayos de sol y la acumulación de pis de la población.

– Vaya, cómo vamos a dejar escapar tal ofertón.

A las 5 de la tarde los muchachos ya han terminado la balsa de bambú. Un chino les ha enseñado cómo conseguir cuerda del bambú y los niños del pueblo han venido a ayudarlos. Todo el pueblo ya los ha visto haciendo la balsa y parece que todo va sobre ruedas. Nadie ha dicho nada en toda la tarde así que la terminan y se van a descansar para empezar a descender el río mañana por la mañana.

manos a la obra

-¡La balsa ha desaparecido! Me despierta Josep con un chillido. ¡Han transportado la balsa hasta al puerto y han empezado a desmantelarla! ¿Por qué alguien va a querer hacer algo así?

construyendo la balsa

A la media hora ya listos para irnos aparece un joven con una muchacha de traductora. Empieza a contarnos que su barco ha desaparecido y que lo han hecho pedazos.

- ¿Qué quieres decirnos con eso? Nosotros estuvimos toda la tarde construyendo nuestra propia balsa, no hemos tocado nada de nadie. Contestamos con cara de sorprendidos.

(Este es el típico muchacho que espera el momento oportuno para darte una patada por detrás y sacar partido de cualquier situación. Un personaje muy común en el sudeste asiático)

En seguida el muchacho cambia de argumento. Dice que el bambú es suyo y que tenemos que darle la balsa y encima pagarle dinero. ¡Vaya! ¡empezamos a tocar el grano! Me niego rotundamente a darle nada a este señor que viene con la desfachatez de reclamar algo después de toda una tarde trabajando a sabiendas del pueblo entero. ¿Qué ha cambiado de ayer a esta mañana? Probablemente se frotaban las manos mirando la película de ayer por la noche pensando en cómo robarían a los “falang” (extranjeros) al día siguiente.

- ¿Dices que el bambú es tuyo? ¡Te lo quedas, pero no vas a ver ni un duro!

Decidimos darle la balsa y largarnos. La verdad, aunque hubiéramos llegado a un acuerdo y hubiéramos pagado un precio elevado por la balsa, sabíamos que una vez llegáramos el próximo pueblo probablemente nos estaría esperando la policía con el muchacho y algún falso pretexto para volver a sacar tajada. No se puede esperar menos de un país cuya corrupción bulle en el día a día de los ciudadanos y dónde el beneficio personal pasa por encima de quién haga falta. Seas o no turista. Hat sa

21 de marzo de 2010

Frontera de Tay trang-Sop Hun de Vietnam a Laos

Este paso fronterizo hace a penas 2 años que está abierto para los turistas y por el cual aún no pasa mucha gente. La poca información que he encontrado en la web sobre el paso de Tay trang-Sop Hun no está actualizada así que he decidido contar nuestra experiencia así como actualizar los precios de la visa y los buses tal y cómo nos los hemos encontrado nosotros a día de hoy. Encontraréis la tabla con los precios al final de este post.

Cruzando la frontera de Tai trang-Sop Hun

Llegamos a Dien Bien Phu,  pueblo conocido por la batalla dónde el Vietminh derrotó las fuerzas francesas en 1954 poniendo fin a la guerra de indochina. Compramos el billete hacia la primera ciudad de Laos Muang Khua. El autobús sólo sale los lunes, miércoles, viernes y domingos pero si no queréis esperar es posible llegar a la frontera con “xe om” (taxi motocicleta). No recomiendo esta segunda opción ya que la frontera vietnamita dónde haces la salida se encuentra a unos 6 kilómetros de la frontera de Laos y acaso que no tengas un poco de suerte tendrás que andar en una carretera en obras y en mal estado.

Salimos del pueblo a las 5 y media de la mañana pero a menos cuarto el autobús ya se ha parado a desayunar así que nos armamos de paciencia. Va a ser un día muy largo. El autobús al estilo asiático o mejor dicho minibús o lo que queda de él. Aunque no me extraña por que la carreterita se las trae. En cuanto al lado vietnamita, son unos 50km de camino sinuoso, cuesta arriba y repleto de baches. El recorrido sigue el curso del río y pasa entre campos y arrozales. Una belleza.

A las ocho de la mañana llegamos al punto de control de Vietnam y no hay problema alguno. Te sellan el pasaporte con la fecha de salida, subes al autobús y 6 kilómetros más allá se encuentra la frontera de Laos. En nuestro caso tuvimos que andar medio kilómetro.  El autobús tuvo que esperarse hasta que abrieran el paso a las 10 de la mañana ya que a lo largo del trayecto se esta construyendo una ancha vía y hay obras en varios puntos.

La entrada a Laos ya es un poco más rebuscada. Si llegas sin visado a parte del coste de este te cobrarán un dólar extra por tramitación, temperatura corporal etc... Es decir la cosa quedaría mas o menos así:

Entre semana:

tramitación + extras

1$ +5.000 kip  (extra a parte del coste de la visa)

España pagaría 1$ + 5.000 kip +35 = 36 $ 5.000 kip

Fin de semana:

El precio anterior + 1$ 4.000 Kip

36$ 5.000 kip + 1$ 4.000 Kip = 37 $ 9.000 kip

*Aceptan dólares Americanos, Kip y Dong

Ya en Laos la cosa empeora. La carretera aún esta en construcción, es una odisea de 80km de tierra mayoritariamente cuesta abajo, en los que pasamos pueblos sin agua potable ni electricidad. No paras de botar y tragar polvo.
Pero es como siempre. Quién algo quiere algo le cuesta, si vos salís de las rutas turísticas es lo que toca sufrir, pero al mismo tiempo lo que ves y sientes no tiene valúa. El paisaje montañoso des de la frontera a Muang Khua es sencillamente espectacular.

Llegamos a nuestro destino aunque el autobús nos deja al otro lado del río y tenemos que pagar 2.000 kip para cruzar con un pequeña barca. Tenemos el cuerpo molido y un hambre de mil demonios. Si hacéis el trayecto, recomiendo que os llevéis algo para comer porque los muchachos del autobús paran  inesperadamente a gozar su picnic mientras tu los miras con un agujero en el estómago.El conductro y sus compis comiendo mientras miramos hambrientos

Cansados pero muy contentos de nuestra ruta ya estamos en Laos. Hemos pasado la primera noche en una villa que apenas hace un mes que tienen energía eléctrica las 24 horas del día, con una gente encantadora y unas vistas increíbles a la orilla del río repleta de niños bañándose y jugando, Muang Khua es el nombre de este pequeño paraíso. Es una localidad preciosa con buena acomodación. Vale la pena quedarse una noche, dar un paseo por el pueblo y cruzar el puente colgante. Hay un banco para descambiar dólares o dong  aunque si lo que necesitas es sacar dinero no hay cajero automático (ATM). La ciudad más cercana para ello es Undom Xai, a tres horas en autobús. Así que si te apetece quedarte unos días por el norte que no te pase cómo a nosotros y llévate suficiente efectivo.

Los niños de Muang Khua

El puente Muang KhuaNuestro tiempo en Vietnam ha sido muy corto y nos han quedado muchas cosas por descubrir aunque nos vamos con un buen sabor de boca y satisfechos de nuestro tiempo en el país. Hemos pasado dos semanas estupendas y nos ha quedado muy buen recuerdo de las personas con las que nos hemos encontrado.

¡HASTA PRONTO VIETNAM!

¡BIENVENIDOS A LAOS!la orilla del río en Muang KhuaBeerLao

 

Felices de nuestro primer día en Laos lo celebramos con una BeerLao en compañía de nuestros nuevos amigos. Una holandesa y un inglés muy enrollados.

¡¡Cheers!!

 

 

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PRECIOS DEL TRAYECTO Y VISADO :

  1. Autobús Dien Bien Phu –> Muang Khua  88.000 dong
  2. motocicleta frontera 120.000 dong  *varía según tus habilidades en regatear.

Precios Visa en la frontera ordenados por País:

País

Precio

Canadá

42

Afganistán

40

Bangladesh

40

India

40

Nepal

40

Pakistan

40

Sri Lanka

40

América

35

Austria

35

British

35

Dinamarca

35

Italia

35

Irlanda

35

Noruega

35

Países Bajos

35

Portugal

35

Grecia

35

España

35

Suiza

35

Turquía

35

Suecia

31

Australia

30

Burstal

30

Francia

30

Alemania

30

Nueva Zelanda

30

China

20

Otros Países

30

Precios actualizados el 21/03/2010.

20 de marzo de 2010

Los Autobuses en Vietnam.

Tenemos anécdotas de todo tipo en los autobuses de Vietnam. Algunas buenas, no tan buenas y otras de graciosas.

Autobús de Danang a Hoi An La más graciosa de todas fue cuando pillamos al muchacho del autobús que iba de Danang a Hoi Ann intentando cobrarnos el doble del precio estipulado. Al darnos cuenta que se escondía de nosotros cuando cobraba a la otra gente, me levanté y le pregunte a un señor que había dos sillones más a la izquierda. Efectivamente, nos cobra el doble por cabeza. Sólo son un par de euros pero no me parece justa tal actuación. Lo único que me impide de reclamar es la vergüenza ajena pero después de más de 15 horas de viaje eso está durmiendo así que me levanto y le digo al muchacho que me devuelva el cambio que me ha cobrado más de la cuenta. Pálido sin esperarse tal reacción no dice nada y continua su faena. Sonriendo debajo la nariz le insisto y es que un poco de presión psicológica no le vendrá mal. No quiero que se enfade sino más bien ponerlo en una situación embarazosa y conseguir que me devuelva lo que me debe a las buenas. El autobús es pequeño y no consigue escaparse de mi, incluso sale por la puerta delantera y entra por la trasera para evitar encontrarse conmigo, aunque no le sirve de nada. Finalmente el revisor decide devolverme la mitad y así los dos ya estamos contentos y en paz. Nos echamos a reír los dos y los demás pasajeros del autobús. Ahora que ya somos amigos me pregunta de dónde somos y  con un gesto como golpeándose la cabeza me hace saber que tenemos carácter y somos testarudos. Nos echamos a reír los dos y es que es mejor que estos Vietnamitas tengan  esa impresión y se lo piensen dos veces a la hora de timarnos.

Minibús de  Ninh Binh a Son La

La mayor parte del trayecto lo hemos realizado en autobuses locales. Los precios del bus turístico y el local no varían mucho pero el trato es diferencial. Por ejemplo compramos un billete de Hué a Hanoi en una agencia y nos pusieron en un autobús sucio y sentados en dos sillas de piedra que no se inclinaban ni un centímetro. Era imposible estar sentado 15 horas de viaje en aquellas sillas. Lo peor es que hartos de viajar anteriormente en buses locales nuevos en los que te dan agua, una manta y sillones reclinables éramos conscientes de que el trato que estábamos recibiendo no era el apropiado en un país como Vietnam. Así que decidimos bajarnos y reclamar dónde habíamos comprado los billetes. No fue tarea fácil, pero al estar sentados en frente de la agencia asustando a la clientela el jefe decidió conseguirnos 2 billetes para el día siguiente con sillones reclinables tal y como nos había prometido la primera vez que los compramos. A veces hay que tener mas morro que estos astutos asiáticos por que sino te la juegan por todos lados.

Otra diferencia de los autobuses para turistas a los locales es que estos primeros reciben comisiones de resorts para que se paren un período de 30 o 40 minutos y los pasajeros se sienten en el bar. Un trayecto de 3 horas se hace eterno.

Minibús de Son La a Dien Bien Phu

Las rutas del norte de Vietnam menos transitadas se usan los minibuses. Por fuera parecen estar destrozados pero la verdad que por dentro está limpísimo y los sillones aunque no son reclinables son blandos y con una forma en la espalda que los hace perfectamente cómodos para echarse la siestecita. En éstos son dónde hemos encontrado los locales más simpáticos. El autobús se pone a abarrotar y es que en el trayecto que hemos hecho hoy de Son La a Dien Bien Phu había tanta gente que han colocado sillones en los pasillos e incluso gente se ha quedado de pié.

 

El minibús lleno y gente pasando por encima las bolsas en el suelo

Recomendaciones:

  1. Lo mejor es acercarse a la estación de buses comparar precios y echar un vistazo al autobús que vas a subir.
  2. La compañía que hemos tenido mejor experiencia viajando ha sido “Phuong Trang”   sólo opera en el sur de Vietnam y son autobuses normales. No tienen “sleepers” (autobús cama) pero los sillones son suficientemente cómodos para dormir.